Un Libro con voz y Oído

Un libro con voz y oído enseña inglés

El equipo del profesor Néstor Becerra-Yoma desarrolló un novedoso libro interactivo activado por la voz.

Eliette Angel V.

Más de 40 niños están sentados con sus uniformes impecables. Todos le hablan al computador. No es que estén medios locos. Estos estudiantes de primero medio del colegio Saint Lawrence, de San Joaquín, están probando un libro de inglés activado por voz, desarrollado ciento por ciento en nuestro país.

“El inglés es una prioridad de gobierno. Así que nos pareció importante unir tecnología con una necesidad del país”, explica Néstor Becerra-Yoma, creador y coordinador del “Laboratorio de procesamiento y transmisión de la voz” (LPTV) del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U.de Chile.

Háblale al PC

El programa divide la pantalla en tres. A la izquierda está la historia ilustrada que se va a leer, dividida en frases.

A la derecha está el video del profesor que muestra cómo se debe leer la frase. Bajo éste hay una especie de velocímetro que se colorea de verde si el alumno lee bien; de amarillo, cuando es más o menos; y rojo, cuando no hay un buen desempeño.

La parte del medio también está dividida en tres: arriba se graba la voz del escolar (la que después se puede escuchar). Al medio está el audio de la demostración y abajo la comparación entre ambas señales de voz.

“A los niños les encanta ver el puntaje que le arroja el velocímetro”, cuenta Becerra-Yoma.

Y parece ser cierto.

“Esta es una forma distinta de aprender, más interactiva. Creo que aprendo más, porque cuando me sale amarillo me da como rabia y lo intento hasta que me sale verde”, comenta un Patricio Muñoz (14) de pocas palabras.

A Cynthia Muñoz (14) le solucionó un gran problema. Éste es su primer año en el Saint Lawrence y antes había visto bien poco inglés. Cuando tocaba la hora de hacer presentaciones ante sus compañeros, “me daba vergüenza”, reconoce la chica. Ahora no tiene por qué: sólo la escucha el computador.

El viernes fue el lanzamiento en el propio colegio. Asistió el rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros. El académico apoya estas iniciativas por dos razones. Una, porque “acerca la ciencia a los problemas de la gente, con lo cual la brecha entre tecnología y comunidad se va haciendo cada día menor”. Y dos, “porque demuestra que el desarrollo científico requiere de una conciencia y definición de políticas de Estado”.

El proyecto opera gracias al financiamiento del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), “Investigación aplicada en tecnología para interfaces hombre-máquina por voz”, que cuenta con tres sub-proyectos: este libro interactivo, huella de voz y un sistema de reconocimiento de voz para la línea telefónica.

Becerra-Yoma los está probando en diversas empresas y espera poder realizar la transferencia tecnológica.

“Nosotros no quisimos depender de la tecnología extranjera, es ciento por ciento nuestra. Se habla mucho de tecnología en Chile, pero se hace poco. De hecho, a iniciativas como este libro interactivo les resulta difícil conseguir financiamiento”, explica Becerra-Yoma.

En el desarrollo del libro interactivo activado por voz participó el departamento de inglés del Saint Lawrence. Ellos crearon dos de las tres historias ilustradas con las que cuenta esta versión del software. Dedicaron parte del verano y de sus propias vacaciones para avanzar en el tema.

La idea de Becerra-Yoma es conseguir más financiamiento para poder incorporar nuevos avances tecnológicos e introducir más material al software.

“Me enorgullece que un equipo chileno trabaje en una tecnología tan avanzada y que la empleen mis niñitos”, comenta Magali Gómez, uno de los profesores que aparece en el video del libro mostrando cómo se deben pronunciar las palabras.

Una de las características del libro que más le agrada a esta docente es que permite que los propios estudiantes se critiquen. “Ellos se esfuerzan porque tienen metas superables, lo cual es motivador”, comenta.

Congruente con esto, Magali azuza a su alumna Cynthia Muñoz: “¡Vamos que se puede!”, le dice luego que ve que la joven pronuncia mal una frase un par de veces. Y Cynthia lo intentó hasta que el velocímetro arrojó un hermoso verde.

Y sí, se puede.

Huella de voz

El otro proyecto de Becerra-Yoma es la huella de voz para verificar la identidad. Para ingresar al sistema, la persona debe llamar a un cierto número telefónico y repetir su nombre tres veces para que la tecnología pueda identificar su voz. Además, se crea una clave.

La empresa Atcom la está empleando en un servicio que se espera ofrecer en breve tiempo.

¿Cómo funciona?

Cuando alguien habla, emite ondas. Éstas se muestrean y digitalizan: en vez de una señal continua, se transforman en una serie de puntos a intervalos regulares. Posteriormente se analiza cómo se distribuye la energía en las distintas frecuencias, lo que se llama espectro (como las barritas que suben y bajan de los ecualizadores). Cada frase tiene una secuencia larga de espectros.

Un algoritmo actúa como un reconocedor: compara la señal que ingresa (la lectura que hace el estudiante, por ejemplo) con los modelos que posee (las lecturas de referencia). Si se asemejan, son reconocidos. Mientras más se parecen, mayor es el puntaje.

OTRO PROYECTO

Becerra-Yoma creó un sistema para consultar la cartelera del cine por teléfono, entendiendo lo que el usuario le pregunta.

Fuente: El Mercurio

Escrito por Rodrigo Cortes